martes, 31 de agosto de 2010

Sobre la sucesión...

Vicente Fox inauguró una nueva forma de hacer realizar campaña política como aspirante a la presidencia. En efecto, el hecho de hacer públicas sus aspiraciones y trabajar desde el gobierno de Guanajuato en favor de sí mismo con muchos años de anticipación le permitió tomar ventaja de los aspirantes de su propio partido y, una vez en la campaña formal, iniciar también con algunas ventajas propias de la exposición tan prolongada en los medios de comunicación.

Sin embargo, hay que recordar que toda su campaña la hizo bajo el régimen de un priista que odiaba a su partido pero controlaba todo lo que el régimen impuesto por el PRI le permitía controlar -incluso, a ese mismo partido-. Así fue que cuando a Fox le tocó ser perseguido por sus propios demonios, no pudo más que tratar de controlar al único personaje que no quería dentro de su propio partido, que además fue el último de todos los precandidatos de los partidos "importantes" en alzar la mano. En este caso, el desorden generalizado se debía a que, a diferencia de su antecesor, Fox no controlaba nada.

En está ocasión, si bien las circunstancias son completamente diferentes, hay un gran parecido en la forma en cómo se están presentando los acontecimientos que tienen que ver con la sucesión presidencial.

La tesis expuesta en este espacio afirma que Calderón está buscando la forma de quedarse en el poder o bien, imponer a su sucesor. Para ello, ha desplegado toda una campaña de terror -de hecho la misma lo llevó a posicionarse en el mapa político en la campaña por la presidencia al tratar de restarle puntos a López Obrador- contra la población en general, buscando primero, la legitimidad no encontrada de manera formal; en segundo lugar, contener de manera inmediata cualquier intento de revuelta social y en tercer lugar, la inacción social formal representada por el sufragio, es decir, evitar que la gente vaya a las urnas a votar presa del miedo.

A lo anterior habría que agregar un elemento del que nadie ha hablado: la campaña emprendida por Calderón incluye ahora a la misma clase política que ha manifestado ya bajas importantes y que se ve acechada, acorralada por la supuesta guerra -que ya no es guerra- declarada de manera unilateral por el presidente, al crimen organizado. Aquí es importante hacer una aclaración, no dudo que haya personajes de la política inmiscuidos en diversos grados con el crimen organizado, sin embargo, casos como el de Fernández de Cevallos o de los candidatos asesinados en Tamaulipas (para alcalde municipal del PAN y el candidato a gobernador por el PRI) los circunscribo a asuntos más de tipo político que criminal.

En este sentido, hay que ver y oír al presidente, estar pendiente de cada una de sus frases y del énfasis que le da a cada una de ellas. En un sistema democrático no puede ser "normal" ni mucho menos aceptable que un Jefe de Estado diga que se están cansado de las voces que los acusan de violentar derechos humanos en el marco de sus juegos de guerra; o pretender que su lucha -unilateral- tenga que ser transexenal, por mencionar sólo un par de ejemplos.

La situación de la sucesión se torna aún más grave cuando tenemos a un Ejecutivo rodeado de colaboradores de muy bajo perfil que en muchos casos son amigos del presidente, que controla completamente a su partido y enfrentado con las fuerzas opositoras reales: López Obrador y todo el Partido Revolucionario Institucional, porque la tentación es muy fuerte, y en algún momento se tendrá que plantear la disyuntiva de imponer a un muy cercano, lo que lo tendría como factor de poder detrás de éste, o imponerse el mismo.

Total, igual y ya se sabe el camino...

---Alexred---

P.S. La falta de credibilidad que tiene el Secretario García Luna y la recurrente solución de casos importantes para desviar la atención de otros temas, nos lleva a cuestionar lo siguiente respecto de la aprehensión de Édgar Valdez Villareal alias la Barbie:

¿En realidad fue la Secretaría de Seguridad Pública quien realizó la captura? Sobre todo porque han sido las fuerzas armadas las que han hecho los últimos operativos, o ¿se está cuidando a éstas con motivos de su próxima exposición derivada del desfile militar con motivo de la celebración del Bicentenario? Tenemos derecho a saber.

¿No se le ejecutó porque no opuso resistencia, o porque como dicen los medios, será testigo protegido de la DEA? ¿fueron ellos quienes hicieron la labor de inteligencia?
¿está el gobierno preparado para las posibles acciones de represalia por parte de las bandas afectadas por su captura?

¿Se tiene un plan para asegurar la integridad física de la gente que vaya a los desfiles en todo el país o debemos dar por sentado que habrá más atentados como el de Morelia el año pasado y pero, debemos ver eso como normal?

martes, 24 de agosto de 2010

Un peligro para México... (III y última)

Justo a la mitad del sexenio foxista, ante la ineptitud de su gobierno, comenzaron a resaltar a nivel nacional las políticas con fuerte tendencia social implementadas por el Jefe de Gobierno del D.F. Resultado también de un muy buen manejo y promoción de su imagen que incluía una estrategia de permanencia constante en los medios e incluso de "dictar" la agenda política del día.

La clase política en general, pero particularmente la de la élite gobernante -en este caso la vieja y la nueva élite- comenzó a ver con recelo la popularidad de López Obrador. En ese tiempo yo atribuía dicha popularidad a un factor muy importante, además del que tiene ver con el manejo de la imagen, y se trataba de la cercanía con la gente. En efecto, una de las características de la política en este país es que  sus dirigentes se encuentran cada vez más alejados de la masa, de la base popular de la que se han sabido servir; éste para mi fue el punto más sensible de la larga campaña del político tabasqueño.

Esa cercanía con el pueblo y las políticas económicas, sociales, asistenciales, y culturales llevadas a cabo en la capital del país y que por cierto gran parte de ellas fueron copiadas por varios gobiernos locales y hasta por el propio gobierno federal, asustó al stablishment y se comenzó a mover todo el aparato político y del Estado con el fin de por lo menos frenar a Obrador en su ascenso en las preferencias electorales.

Antes de la campaña presidencial se le acusó de todo sin que se le pudiera probar mucho -por no decir nada- e incluso se hicieron reformas a diversos ordenamientos legales para quitarle facultades al próximo presidente de la Républica -tal es el caso de la COFETEL por ejemplo, y miren como está ahora-, es decir todos esperaban que fuera López Obrador y había que descomponerle el camino.

Ya durante la campaña siguió adelante en las encuestas, hasta que de manera sorprendente un día amaneció en una, la de GEA-ISA -cuyo director general, por cierto fue nombrado por Calderón como Director general del CISEN-, en segundo lugar, atrás de un candidato gris, sin presencia nacional y repudiado incluso por una buena parte de los miembros de su partido; a partir de ahí y sin dejar de mencionar que el tabasqueño cometió errores que fueron aprovechados por sus contendientes, la campaña de Partido Acción Nacional se basó en la descalificación y el amedrentamiento a los electores. Fue así, que se acusó a López Obrador de ser un peligro para México, llegando a afirmar cosas como que de llegar a la presidencia significaría un retroceso en la política nacional y su incipiente democracia, pues regresaríamos a lo peor del autoritarismo priista; que en lo económico caeríamos en una crisis sin precedente pues su propuesta era regresiva, como en los tiempos de Echeverría pero peor; que la gente perdería sus casas, sus empleos; que emprendería una serie de medidas en contra de los empresarios y que comenzaría a realizar expropiaciones y nacionalizaciones de la industria privada; que los empresarios no podrían vivir aquí y tendrían que irse del país -de hecho algunos lo hicieron para no tener que lidiar con esto-; que todo esto crearía un estado de caos y violencia social... Es decir, todo lo que ahora está pasando.

El (¿)gobierno(?) de Calderón inició marcado con el estigma del fraude electoral y con la responsabilidad de haber dividido a la sociedad mexicana en su conjunto, y ha continuado con el lastre que significó llegar de la manera en que llegó, apoyado por todos aquellos que creyeron que López Obrador afectaría sus intereses; sin dejar de mencionar su incapacidad para gobernar, lo que lo ha llevado a hacer todas aquellas cosas que dijo que pasarían con el otro candidato.

 Entonces ¿quién ha sido el peligro para México?

---Alexred---

P.S. Con Fox, sus hijastros, el asunto del toallagate y otros como el de PEMEX, pero sobre todo las adecuaciones al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, la Biblioteca José Vasconcelos y el programa Enciclomedia son los botones de muestra del nivel de corrupción de su (des)gobierno.

De Calderón ya perdí la cuenta, pero ahora sumémosle el escándalo derivado del gasto de los festejos del Bicentenario.

jueves, 12 de agosto de 2010

Un Peligro para México... (II)

El sexenio de Vicente Fox significó un retroceso importante en el proceso democrático en México y en el poder de la figura presidencial, de igual manera su sexenio se caracterizó por ser uno de los más corruptos en la historia del México moderno.

Desde su campaña presidencial, se hizo evidente que el candidato panista no tenía un proyecto de gobierno el cual llevar a cabo en caso de ganar las elecciones, lo que a la postre sucedió, sino el único objetivo claro era sacar al PRI de los pinos incluso, a patadas (Fox dixit), si era necesario.

Conseguido el objetivo primordial, durante su sexenio no pasó nada, no hubo reformas considerables, salvo aquella del IMSS que según se dijo aliviaría las finanzas -una vez más- del Instituto, lo que redituaría en un mejor servicio y mejor destino de los recursos para mejorar e incrementar su infraestructura. No hubo un crecimiento de la economía lo suficientemente importante para encauzar al país por una senda de desarrollo y crecimiento digamos, considerable. Vamos, no hubo seriedad en la acciones de un gobierno que incluso se declaró bicéfalo, contraviniendo la Constitución Federal y traicionando el voto de millones de personas que, desesperadamente buscaban un cambio después de tantos años de hegemonía, corrupción y crisis priistas.

Así, el aclamado cambio que sirvió de lema presidencial nunca llegó, por lo menos no para la mayoría que lo esperaba, ya por desesperación, ya por hartazgo, ya por ignorancia.  

Ante su notable incapacidad de gobernar, Fox se dedicó a desarrollar alianzas con los poderes fácticos que lo apoyaron en su campaña y a los que terminó por servir de tiempo completo; de igual manera,  encumbró a una nueva clase política y burocrática que se dio a la tarea de despilfarrar los multimillonarios recursos generados por los ingresos petroleros con la creación de plazas en la administración federal así como la obtención de prebendas que permiten los altos cargos en la administración pública -un ejemplo de esto último es el propio Felipe Calderón-, sin contar su propia riqueza personal creada durante su mandato.

Asimismo, el dejar de lado la acción de gobierno para la que fue elegido y dedicarse a sus negocios personales tuvo como consecuencia directa el creciente poder de los gobernadores, de los medios masivos de comunicación -sobre todo las televisoras-, de la enorme corrupción que caracterizó a su gobierno y del resurgimiento de los poderes locales, caciquiles, que en muchos lugares de la República no significó otra cosa que el comienzo de el encumbramiento de los líderes de los cárteles de la droga.

En este contexto, era natural que una figura como la de López Obrador, quién venía trabajando su imagen prácticamente desde que se convirtió en Jefe de Gobierno del Distrito Federal y que además, traía un discurso y programas de gobierno de acercamiento con la gente y se situaba del lado opuesto que el Presidente en el espectro político, se perfilara como serio  aspirante a la presidencia de la República, ganando además el apoyo de un número importante, y en franco crecimiento, de votantes a nivel nacional. 

Ahora sí, en la siguiente entrega las conclusiones.

---Alexred---

P.S. Los diálogos por la seguridad parecen monólogos, y qué tal el reclamo al Poder Judicial, ¿no se supone que hay separación de poderes en este país?

miércoles, 4 de agosto de 2010

Un peligro para México... (I)

La campaña política en búsqueda de la presidencia de la República en el 2006, se llevó a cabo bajo un clima de terror y persecución política que si bien no era una práctica nueva, sí tuvo como características la inusitada violencia abierta en contra de la población; la también abierta participación, no sólo del aparato estatal sino directa del ejecutivo; la abierta y directa -palabras que encontramos como factor común durante este gris periodo- participación de la cúpula empresarial; y la participación de toda la clase política en contra de un sólo candidato, el cual -decían- significaba el regreso a prácticas económicas atrasadas que llevarían al fracaso económico al país, la pérdida de empleos y poder adquisitivo, una afectación directa a los intereses de los empresarios nacionales, un clima de terror político e inestabilidad social, un peligro para México, pues.

Vayamos por partes. Una campaña basada en infundir el terror en la población no era una práctica nueva, el último antecedente fue aquella campaña que llevo a Ernesto Zedillo (PRI) a la presidencia justo después del asesinato de Colosio y teniendo como marco el levantamiento armado en Chiapas iniciado el 1 de enero de 1994, mismo día que entraba en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. La campaña era clara, el país se volvería ingobernable sin el partido oficial, pues el PRI -partido en el gobierno con más de sesenta años en el poder y responsable de la situación reinante- era el único que tenía la experiencia para solucionar el desmadre que había, y el triunfo de cualquier otro partido condenaría al país y a su población al caos, al fracaso institucional, social y económico.

Sin embargo, y aquí entramos en el segundo punto, si bien el presidente era el fiel de la balanza en los movimientos generados en la simbiosis partido-gobierno, el trabajo electoral no lo hacía directamente él -por lo menos no de manera abierta- aunque si ponía toda le estructura estatal al servicio del candidato oficial incluyendo a sus operadores personales. El presidente era la cabeza del partido, pero sobre todo era la cabeza del Estado y ésta era una función de la cual, a pesar de todo, no podía desentenderse.

Por otra parte, la iniciativa privada jugaba siempre del lado del sistema, pues además durante mucho tiempo no le quedó alternativa, y el PRI, sabedores de que el sistema lo habían diseñado para que el poder político dominara al poder económico, siempre y cuando el régimen apoyara todo el tiempo al capital, y de que éste se beneficiaba cada sexenio de acuerdo al grado de aportaciones para el candidato oficial, pasaba la charola a los empresarios quienes obtenían el compromiso de evitar un régimen con tendencia social que afectara sus intereses económicos. Así funcionaba el sistema.

Por último, la escisión del PRI en 1987 que llevó Cuauhtémoc Cárdenas a la candidatura por la presidencia en 1988, a través de un gran frente opositor que aglutinó a gran parte de la izquierda en México, puso de manifiesto las debilidades del sistema, pero sobre todo el gran talante autoritario y antidemocrático del régimen que finalmente impidió que el Ingeniero pudiera acceder al poder y acabar con décadas de una presidencia auspiciada por el partido de los tres colores. En el 2000 sucedió algo parecido, pero los compromisos internacionales y el profundo desprecio de Zedillo hacia su partido trabajaron para lograr el triunfo de Vicente Fox y acabar hacía con la hegemonía priista en la presidencia.

El viernes las conclusiones...

---Alexred---

P.S.  La Suprema Corte de Justicia de la Nación dice que es independiente, imparcial y justa, y que sus tiempos no obedecen a los tiempos de la política y que sus resoluciones son estrictamente apegadas a derecho.