viernes, 22 de abril de 2011

Reclamo popular, contención social.

"La democracia es gobierno de opinión, una acción de gobierno fundada en la opinión"-G. Sartori

Cada vez somos más los que estamos dispuestos a manifestar nuestro legítimo desacuerdo con la política de violencia institucional instaurada por Calderón. La marcha convocada por el poeta Javier Sicilia en Cuernavaca el seis de abril pasado, fue el detonante para que se organizara la población en diferentes ciudades y se manifestaran en contra de una "guerra" que no lo es y tampoco es de nosotros.

Estudiantes, amas de casa, obreros, profesionistas, poetas, escritores, políticos, actores, periodistas, fotógrafos, miles de personas que levantan la voz y piden un cambio en la estrategia que no ha solucionado el problema del tráfico ilegal de drogas ni de sus negocios derivados y concurrentes y en cambio, nos ha metido en una espiral de violencia y muerte de la cual el gobierno parece beneficiarse.

Me explico. Si en realidad el gobierno quisiera combatir la producción y tráfico de drogas en el país, en vez de sacar al ejército a las calles debió fortalecer a las autoridades financieras a efecto de controlar y detener el flujo de capital derivado del narco; al mismo tiempo, pudo iniciar la depuración de las policías, comenzando con la federal para después continuar con las locales; una estrategia integral no podía carecer de un programa social que incluyera más y mejores empleos -que además fue una promesa y lema de campaña- así como espacios de oportunidades, laborales y académicas, para los millones de jóvenes susceptibles de caer en las manos del crimen organizado. No hubiera sido una excelente manera de legitimar su cuestionado mandato.

Sin embargo, Calderón prefirió la violencia.

El 2 de febrero de 2010, escribí aquí, en "Hablando de Legitimidad" que Calderón ...De hecho, presenta un problema que es más grave aún: suponiendo -y como dicen los abogados, sin conceder- que hubiera ganado de forma apretada pero con una contundencia tal que no hubiere dejado lugar a ninguna duda, sigue apareciendo un problema de legitimidad serio, y es que en la elección de ese año, votó poco más de la mitad de las personas que podían hacerlo -alrededor del 58%-, y de ese total, sólo votaron por él ¡alrededor del 35% por ciento!*
Por eso fue tan grave la acusación de fraude, tenemos (¿tenemos kimosabi?) un tipo sentado en la silla presidencial, por el cual votó el 21% de la población en edad de votar, acusado de fraude, y tomando decisiones que afectan la vida de 110 millones de mexicanos, peleado con todos, sin apoyo real -ni siquiera un poco sólido- de su partido, y todo en nombre de "la mayoría de mexicanos que votaron" por él, rodeado además de un equipo que a todas a luces a demostrado una gran incapacidad política y administrativa, que tiene hundido al país en una de las peores crisis -de esas que presumían eran sólo priistas- económicas, políticas y sociales en México, y lo que es peor, nos tiene metidos en una "guerra" inventada por él -buscando legitimidad-, sin ton ni son y que a todas luces está perdiendo, pues tiene al país entero metido en una escalada de violencia sin precedentes.

Poco más de un año después, los resultados son por demás alarmantes: 40 mil muertos, y la cifra sigue aumentando; se ha incrementado el precio de las drogas; hay amplias zonas del país que controlan completamente los grupos delincuenciales, incluso cobran impuestos y controlan sectores de producción y cadenas comerciales legales e ilegales; se registra un aumento ligero de la población que consume drogas; hay una creciente descomposición social y la perspectiva de que empeore es real; hay participación de elementos de las fuerzas armadas en el negocio ilegal; transitar por las carreteras del país hoy es menos seguro que nunca; y un largo etcétera.

Vemos pues, que hay razones suficientes para manifestarse en contra con fuerza.

La respuesta de Calderón sigue siendo "violencia". El mismo día de la marcha, García Luna decía que la violencia durará siete años más, es el proyecto trans-sexenal. Calderón no se cansa de decir que no hay propuestas y que entonces la suya se seguirá llevando a cabo. Ni los veo, ni los oigo. Ayer el Secretario de Marina decía -según información de La Jornada del día de hoy- que en vista de que las autoridades civiles estatales han sido rebasadas por el narcotráfico, el Ejército y la Armada son los únicos que pueden garantizar la seguridad de la población ¿No es esto acaso una aceptación tácita del estado de excepción en el que nos encontramos? ¿Estamos en la antesala de la toma del poder militar?

Más aún, La Jornada ha estado hablando del dictamen/proyecto de ley sobre Seguridad Nacional que criminaliza la protesta social y autoriza al ejecutivo a utilizar el ejército en su contra si amenaza la seguridad del Estado. El Estado Mexicano preparando el autogolpe de Estado.

El pretexto es la lucha contra el narco, lucha que desde mi punto de vista es falaz pues, ya lo he dicho, el negocio del narcotráfico genera tantos millones de dólares al año que el gobierno no puede sino controlarlo, pues es uno de los pilares de una economía que no tiene dirección. La realidad, me parece, es la contención social. Si no ¿para qué tanto gasto?

---Alexred---

P.S. El presidente "electo" por el 21% de la población, ha decidido ir a la ceremonia de beatificación de Juan Pablo II, en representación dice del Estado Mexicano, en un acto que atenta contra el principio de separación Iglesia/Estado. Presidente faccioso, que expone en un comunicado de prensa cuyo título se refiere a su gira a un Estado sudamericano, su decisión. Pero ¿no tomó así posesión del cargo?  

lunes, 4 de abril de 2011

¡NO MÁS SANGRE!

La pérdida de un ser querido siempre significará la existencia de un dolor profundo en ese hueco que en el corazón deja su partida. 

La semana anterior, el hijo de un connotado escritor y poeta -Javier Sicilia- fue encontrado junto con seis de sus amigos, muerto, asesinado, vejado, en un auto en Temixco, Morelos. Este hecho que por sí solo es motivo de indignación, pasa a formar parte de los números rojos en el marco de la absurda violencia en la que se encuentra el país, pero abre más una herida en el México inconforme por la estupidez oficial: como siempre en estos casos, la autoridad y los medios de comunicación relacionaron a las víctimas con el narcotráfico. Cómo pasó con los niños asesinados en Ciudad Juárez. 

Los únicos en este país que no son responsables nunca son aquellos a quienes se les confirió un mandato popular y por ello son lo más responsables. ¡Upsss! Quizá sea por esto que al actual gobierno le vale madre la población.

Esta semana, Javier Sicilia ha escrito una carta abierta en la que pide al gobierno haga su trabajo y a los criminales que recuerden esos códigos con los antaño se comportaban. Además del dolor, de la rabia e impotencia que por su tragedia se puede sentir, podemos leer la sensatez de cualquier ciudadano agredido, ofendido por lo que sucede en México: si no pueden renuncien recuerda el escritor y agrega acompañemos la frase con movilización social, y ante la inevitable existencia de malandros les pide que reconsideren su estrategia pues así como van seguro obtendrán el poder pero gobernarán sobre un montón de osarios y seres amedrantadosy destruídos en su alma.

Actuemos pues, demandemos, exijamos que se detenga el río de sangre, la legitimidad de Calderón nos ha costado ya más de 35 mil muertos ¿Acaso no es suficiente?

Hay que reconocer que el narcotráfico y sus negocios derivados y concurrentes generan al año miles de millones de dólares. Es un negocio que por su importancia el Estado debe controlar, si no administrar, recordemos que una de las razones por las que nuestro peso se ha mantenido "fortalecido" a pesar de la crisis internacional es precisamente por los dólares que han entrado por dos conceptos: petróleo (y lo están regalando) y narcotráfico. Por esto no creo en la guerra contra el narco.

Pero aboguemos por la erradicación del negocio de las drogas, entonces el Estado debería seguir la verdadera ruta del dinero que se lava por el narcotráfico y sus negocios derivados y concurrentes. No como se ha venido haciendo con medidas que buscan hacer más cautivos a aquéllos que sí pagan impuestos; a este país además, le urge una reforma hacendaria que elimine aquellas prebendas que benefician a los grandes corporativos y amplíe su base tributaria con aquellos que no pagan impuestos o se les condonan a costa del desarrollo de la mayoría.

¿Por qué seguimos teniendo un incremento exponencial de los recursos destinados a la violencia y no tenemos un incremento en la inversión en educación, ciencia y desarrollo tecnológico? Hay que darle a los jóvenes las posibilidades de un futuro en el que puedan desarrollar sus habilidades, no meterlos al ejército ¿O cómo piensan que llegaremos en cincuenta años a ser una potencia? China comenzó en 1973 su cambio de política económica, política y cultural ¿Y nosotros cuándo?

Tenemos que dejar atrás la cultura de ilegalidad legalizada. La autoridad debe comenzar por cumplir y hacer cumplir la ley, no dejar que la leyes se incumplan y después cambiar la ley para hacer las prácticas ilegales legales. Los grupos de extrema derecha hablan de esto en el caso del aborto (en el cual estoy de acuerdo) pero no dicen nada de las constantes violaciones a la legislación laboral, a la Constitución en materia de energéticos (generación y distribución de energía eléctrica por ejemplo) por mencionar algunos rubros. Basta con leer los primeros veintinueve artículos de la Constitución Federal para darse cuenta de que nada de ahí se cumple.

Escuelas, fuentes de trabajo, salarios dignos, cumplimiento de la ley primero por parte de las autoridades y después por los gobernados, justicia social, justicia, equidad, legalidad, seguridad,  así como la creación de un ambiente propicio para los negocios privados y el mercado, son algunas de las funciones del Estado que se han dejado de hacer.

Así, el gobierno se ha convertido pues en un combatiente más, así como los narcos, y ha claudicado de sus funciones para meterse en una guerra por un negocio que pareciera en vez de erradicar, quiere controlar y como todo en estos diez años, lo está haciendo mal.

Javier Sicilia tiene razón cuando dice que estamos hasta la madre de los políticos, que ni controlan, ni resuelven, ni mucho menos cumplen con su cometido, no hacen pues, su trabajo.

¡Exijamos NO MÁS SANGRE!

---Alexred---

P.S. Vuelvo entonces a preguntar ¿Cuánto más vamos a aguantar?