viernes, 13 de enero de 2012

¡Maldita publicidad!

Todos los días, a todas horas, lo mismo en radio que en televisión, somos bombardeados por spots que lo mismo anuncian a los panistas haciéndose publicidad a nivel nacional para que voten por ellos, aunque después una voz -que se parece mucho a la de los anuncios del gobiero federal, por cierto- anuncie que son mensajes dirigidos exclusivamente a los panistas, que comerciales -muy malos, de verdad muy malos- del IFE.

Esa será la tónica de aquí hasta las elecciones de julio, donde partidos, candidatos e instituciones, utilizarán los tiempos del Estado, administrados por el IFE, con el único objeto de convencer al gran número de electores y posibles electores para que acudan a las urnas el primer domingo de julio próximo.

Nada garantiza que escucharemos propuestas, además un spot entre 15 y 30 segundos, no  lo permite; tampoco está garantizado que a la gente le interesen las propuestas, al final un spot sirve para vender un producto.

Pero me pregunto de qué sirven tantos pinches comerciales -la mayoría, insisto, muy malos-, si de cualquier forma la gente parece que ni los pela y ni les importa.

Me explico ¿No es verdad que dentro de las reformas al Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE), se estableció que las credenciales más antiguas -aquellas que estaban diseñadas para votar hasta las elecciones de 2003- dejaran de servir como instrumento de acceso a la casilla electoral y hasta como identificaciones oficiales despues de las elecciones federales de 2009? Es decir, hace ya más de dos años y medio. Pues sí, y desde entonces ha habido una campaña permanente para cambiar esas credenciales, con el ánimo de actualizar el padrón electoral y además impedir que la gente deje de votar.

Desde noviembre pasado, aproximadamente, una serie de malos comerciales (disculpen por favor mi insistencia), nos han bombardeado con un mensaje claro: si no actualizas tu credencial antes del 15 de enero, no podrás votar. Lo increíble es que miles de personas, sino es que millones, no lo han hecho, o lo han dejado para el último momento, no sé si preocupadas más por no contar con el principal (y gratuito) documento de identificación o porque de no tenerlo, no podrían votar.

A lo que quiero llegar, es que esto puede denotar dos cosas, en primer lugar una gran apatía y falta de cultura civico-política de buena parte de la sociedad por asuntos de política en general, o algo relacionado con un desinteres por esos temas; lo que nos llevaría a concluir que pinches comerciales no sirven para maldita la cosa y que uno de los objetivos del IFE, que es precisamente fomentar (e impulsar) la cultura democrática, en los que la participación política de los ciudadanos es de suma importancia, no está funcionando del todo bien, y habría que revisar si su estrategia es la indicada y reorientarla a otra que si tenga mayores resultados. Me parece que el IFE es una institución muy cara como para que se permita un error de esta magnitud.

Prefiero pensar eso porque al final, como toda institución es susceptible de cambiar, además, porque la otra es que de plano, como dicen y para caer en un lugar común, a los mexicanos nos vale madre y preferimos dejar las cosas hasta el último pensando que seguramente habrá una prórroga que permitirá hacer las cosas más allá del límite legal impuesto, tal y como nuestra H. Cámara de Diputados (siempre ella y sus honorables cuan respetables miembros, siempre tan cuidadosos de obedecer las leyes que de ellos emanan), para no variar, lo ha solicitado.

Bonito país, bonita su gente y sus políticos...

---Alexred---

P.S.

Mientras escuchemos a la siempre congruente señora de Miranda Wallace decir que si el PRI la hubiera buscado hubiera ido con ellos, pero como no quiere que gane el PRI en la ciudad por eso va con el PAN... disputando votos al PRD.

O ¿Acaso seremos testigos de una declinación prematura?

lunes, 2 de enero de 2012

Inicio de año.

Inicia el 2012 y con él, los últimos días de una presidencia que devino una caricatura, y que a pesar de ello, no ha dejado de ser tan costosa como violenta. o quizá en esto último recaiga su alto costo.

La impericia, la falta de un proyecto claro, la soberbia y la tosudez son algunas de sus características, y varios miles -sino millones- de mexicanos esperamos que ya se acabe.

El año que comienza no es muy halagüeño, ni en lo político, ni en lo social, ni en lo económico. El inicio de las precampañas que más bien buscan posicionar a los supuestos precandidatos (me refiero también a los únicos) en el imginario de la población más allá de las fronteras partidistas, han arrancado con una anticipación tal, que trasgrede la ley, y una vez que comienzan formalmente, están llenas de ataques personales, mutuas acusaciones, y ejércitos enteros llevando a cabo una intensa "guerra sucia" en donde todos son enemigos y cuyas valoraciones no resistirían un análisis serio, pero ¿eso que importa?

El peligro es claro, hace seis años los poderes formales y los reales, sumaron todos sus esfuerzos -y sus recursos- en impedir la llegada de la izquierda electoral; apoyados en una derecha retrógrada, empredieron una campaña de terror, mucho más fuerte, me parece, que la que el PRI-gobierno utilizó en 1994, pues además tuvo como ingrediente el odio, ocasionando un fractura en la sociedad mexicana de grandes dimensiones.

El objetivo se alcanzó (ayudado por los graves errores cometidos por esa izquierda electoral), no sin dañar seriamente la democracia mexicana y sus instituciones. Sin embargo los resultados no fueron los esperados por ninguno de los factores reales que apoyaron la campaña, pues el peligro que tanto se pregonó desde el poder y con su ayuda, no pudo ser mejor representrado en la práctica más que por aquellos que arribaron al gobierno.

Sesenta mil muertos; cientos de desaparecidos; vastas zonas fuera del control estatal; una dependencia del exterior sin precedente; la soberanía vulnerada y reducida de tal manera que no podemos más que recordar el tristemente ilustre Segundo Imperio Mexicano; desigualdad social; violencia y desmadre generalizados (en tiempos de "paz"); y como corolario, el ejército en las calles, amenazando a cualquier intento de movilización social con el pretexto de la seguridad interior.

Pero es que no se podía esperar nada mejor de un gobierno proveniente de una derecha que ha aprisionado, debiera decir acumulado, en su interior alrededor de siglo y medio de rencor y ánimo de venganza; más cuando sólo es representante de una ínfima parte del electorado.

Ahí están los hechos, uná nación con nuestro potencial hundido en la medicridad; con tasas de crecimiento que son casi cercanas al cero; pérdida constante y regular del ingreso; desigualdad social; desempleo; cierre ilegal de empresas públicas, que contrastan con los altos sueldos de la clase gobernante, como si hicieran bien su trabajo: ironías del sistema, el presidente y alrededor de un millar de altos funcionarios, reciben un bono extra por concepto de "riesgo" mientras es la población de a pie, la que está a merced del fuego cruzado entre los "buenos" y los "malos", de una guerra que no provocaron (miemtras el salario mínimo ni siquiera cumple el mandato constitucional).

Hoy más que nunca, el peligro real se encuentra en el ánimo de repetir seis años más la misma dosis de terror e ineficacia, sin importar si atropellan y destruyen las instituciones que han malreconstruido de la "democracia mexicana".

Eso es lo malo, pero lo peor es que no hay para dónde voltear...

---Alexred---

P.S.

¡Feliz Año Nuevo!