martes, 22 de marzo de 2011

Violencia y desmadre generalizados.

Estamos a un año y medio de las elecciones presidenciales y me parece que el escenario está puesto para que tengamos un clima de violencia y terror durante las campañas políticas.

Me explico. Hay un consenso general respecto de que las acciones emprendidas por Calderón en contra del "crimen organizado" respondieron a la necesidad de obtener la legitimidad no encontrada en las urnas. También es un hecho que el tema de los derechos humanos se ha visto dañado debido al incremento de las acciones del ejército y la armada en los operativos realizados en el marco de esta primero llamada guerra y ahora rebautizada como lucha. Es decir pues, que las actividades -que por lo demás no tienen sustento constitucional- de las fuerzas armadas en las calles, como policías, han vulnerado las garantías individuales y los derechos humanos de muchos connacionales, ya que también es un hecho que la preparación militar es enfocada a que los soldados actúen en circunstancias de guerra y no como simples policías. 

Esta situación sola ya ha generado cierto temor -por supuesto fundado- en un sector de la sociedad -sobre todo en aquellos que hemos sido críticos de la forma en como se ha generado y propiciado la violencia en todo el territorio nacional- respecto de que la presencia del ejército en las calles, por una parte, y la generación del clima de violencia tan exacerbado, sea un ingrediente más para inhibir la participación política de la ciudadanía en los asuntos electorales en particular, pero en general en su participación política.

La razón es simple, la violencia genera violencia, y aunque parezca esto un lugar común, nunca desde la guerra cristera en el México pos revolucionario, ha sido tan palpable. En efecto, hemos sido testigos de como una guerra sin planeación, ha generado un espiral de violencia sin precedente en nuestra historia. La cantidad de muertos que señalan las cifras oficiales y no oficiales, ronda los 35 mil muertos, número suficiente como para asegurar que lo que sucede en México es una especie de guerra civil, donde mexicanos que luchan por controlar cierto territorio matan a otros mexicanos que tratan de defenderlo y al mismo tiempo expandirse, y a su vez se van en contra del gobierno que los persigue y al que acusan de participar parcialmente, es decir, apoyando a alguno de los bandos, y en medio de esa lucha el resto de la población que no participa y sin embargo es víctima directa de esta guerra.

En este contexto, surgen expresiones de la oficialidad en la que abiertamente se asegura que a los "violentos" se les combate con la misma violencia. Es el caso del general retirado Bibiano Villa, quien se ha dedicado a la lucha contra el narco desde la posición de seguridad pública de un par de entidades federativas. Él dice -palabras más, palabras menos- que cuando encuentra narcos los mata sin piedad, pues hacen más daño a la sociedad estando vivos, amén de cuando a él lo agarren ellos no tendrán piedad para acabar con él.

Este es otro síntoma del desmadre generalizado en el que nos encontramos pues cuando la autoridad actúa de este modo, en nada se diferencia de aquello que se supone está combatiendo; no hay que olvidar que a las autoridades les asiste la ley, que esa ley está de su lado y que si de pronto la ley no funciona, eso estás más relacionado a que la legislación está diseñada -se supone- para funcionar en tiempos de paz, y que no hay adecuación de la ley para un combate como el que se dice se está llevando a cabo, lo que hace todavía más peligroso este tipo de acciones pues queda demostrado que no había una estrategia clara y definida cuando se decidió emprender las mismas.

Sin embargo, resulta más grave que otro sector de la población apoye estas medidas, lo que quiere decir que hay personas que comienzan a preferir la violencia de facto institucionalizada que, no está de más decirlo, se encuentra completamente fuera de la ley; es decir, la autoridad actuando de manera extralegal y con visos de un incipiente apoyo popular. Nada peor nos puede suceder.

Me pasó con un compañero en la facultad, él es policía federal, y en uno de sus trabajos que además pretende presentar como tema de tesis para titularse, asegura que el estado de derecho simplemente le estorba para hacer su trabajo, que a los criminales no los pueden torturar aunque se lo merezcan debido a las leyes que son restrictivas y no permiten que ellos -los policías- realicen su trabajo ¡Así piensan! (Y yo tengo su escrito).

El problema es la estrategia, el problema es la manera en que decidieron atacar el problema, los motivos, sobe todo, que los llevaron a tomar la decisión. Imaginemos ahora esta disposición de la población para aceptar que las autoridades utilicen métodos extralegales y actúen como los mismos criminales, acostumbrados todos a esas actuaciones del ejército de manera formal y del ejército camuflajeado a través de sus generales retirados; imaginemos ahora una contienda presidencial en donde Calderón se ha dado a la tarea de no dejar que regrese el PRI a Los Pinos, como Fox lo hizo con López Obrador con los resultados que todos conocemos, ahora sumémosle el clima de violencia (y desmadre) generalizado en el que nos encontramos: espero equivocarme.

---Alexred---

P.S. La industria petrolera en México durante un tiempo fue palanca de desarrollo y orgullo nacionales; después dejó de ser nuestra para convertirse en apoyo financiero de los gobiernos priistas al mismo tiempo que sólo permitió el saqueo para unos cuantos, es decir, PEMEX desde entonces no ha sido de todos los mexicanos, pero servía a intereses del gobierno en turno y alcanzaba para el reparto del botín. Una década de gobiernos panistas han completado el desmembramiento de PEMEX y su industria. En lugar de hacer una empresa que sirva para los intereses nacionales, que además mantiene a flote a los gobiernos de corte neoliberal, han decidido repartir el pastel a intereses extranjeros pasando por encima de la Constitución. Se nos va pues una última oportunidad para aspirar al desarrollo nacional. Requiem por PEMEX... y por la viabilidad del país entero.

viernes, 11 de marzo de 2011

Operación Distracción 2

En un ejercicio de análisis/debate en una de mis materias en el posgrado, discutíamos sobre lo que significaba la visita de Calderón la semana pasada a Estados Unidos para entrevistarse con su homólogo Barack Obama.

Me llamó mucho la atención que la discusión se basara en dos temas, la supuesta premura de la visita, que en franca alineación con lo que se dice en los medios, mis compañeros decían que fue básicamente para que Calderón rindiera cuentas acerca del asesinato del agente de migración ocurrido en una carretera mexicana; el segundo punto se refería a la situación del embajador estadounidense acreditado en México respecto de sus relación con el gobierno mexicano, dañada sobre todo por los informes publicados por Wikileaks en los que el Embajador da cuenta a su gobierno de la situación política prevaleciente en nuestro país. Está situación, decían en igual alineación con lo que se dice en los medios de comunicación, provocaría que Calderón solicitara el retiro del diplomático a su homólogo.

Respecto del primer punto, una compañera que trabaja en una dependencia federal que maneja o por lo menos sabe de esos asuntos, dio una información que me pareció relevante. Ella decía que no había que confundirse ni mezclar las cosas, pues la reunión en los términos en que se llevó a cabo, se planeó desde la última visita que realizó la Secretaria de Estado de nuestros vecinos del norte, Hillary Clinton; reunión que se caracterizó por la urgencia con la que se organizó precisamente por la revelación de los cables -secretos- que serían difundidos en México; por lo que se descartaba la coyuntura del asesinato como causa de la visita de Calderón a aquel país. Explicó que es muy complicado empatar las agendas de los mandatarios y, dadas las circunstancias, la visita de la Clinton fue parte de una especie de operación destinada a paliar de manera rápida, los posibles efectos de la revelación de los multimencionados cables, ante la imposibilidad de que lo hiciera el propio Obama, al final para eso es la Secretaria de Estado.

Me quedo con esta explicación, sin obviar que el tema seguro fue tratado, pues para los estadounidenses ese tipo de cosas son consideradas como agravios y, tal como se mencionó en la entrega anterior, la velocidad con que se dio con los presuntos responsables del asesinato del agente estadounidense, me hace pensar en una acción en la que la inteligencia de aquel país tuvo una participación directa. Sólo hay que destacar que entonces hubo un pésimo manejo de comunicación por parte del equipo encargado de ello en los Pinos y en SRE.

El segundo punto, la mayoría se inclinó por la solicitud de retiro del embajador "incómodo". Según la información en periódicos, se hablo de ello, es decir Calderón solicito el cambio de embajador. Todos conocemos el resultado: el Departamento de Estado señaló en conferencia de prensa un día después de la visita presidencial mexicana, que no tendría porque mover al embajador Pascual, pues -si no mal recuerdo, pues cito de memoria- está prestando un excelente servicio a su país. Es decir, no lo van a mover.

Yo pregunté que por qué tendrían que mover al embajador, bajo qué argumento -ya que esa fue la opinión de la mayoría en el salón-.

Aquí mi explicación: La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1964 (fecha en que entró en vigor) establece como una de las funciones principales de la misión diplomática, de la cual el embajador es el jefe, la de "enterarse por todos los medios lícitos de las condiciones y la evolución de los acontecimientos en el estado receptor e informar sobre ello al Estado acreditante"(Art. 3d). 

De lo anterior se desprende que los informes que el embajador realizó y envió a su gobierno, se encuentran dentro del marco legal internacional del que México es parte, no hay que olvidar que dichos cables son secretos y que su difusión se debe a una filtración que tuvo como origen al mismo gobierno estadounidense por lo que la secrecía diplomática, también protegida y regulada por esta Convención, no fue violada, al menos no por otro Estado, en ningún caso. Es decir, el Embajador realizó su trabajo, y sus opiniones, como tales,  se encuentran matizadas de la subjetividad, del punto de vista de quien las escribe, las cuales son válidas para el país receptor que lo acreditado como su representante. Por eso el "espaldarazo" a la labor del Sr. Pascual por parte de su gobierno.

Sin embargo, el gobierno mexicano, si es cierto como se maneja en la información política de los periódicos nacionales que está molesto con el embajador al grado de llevar al nivel más bajo la interlocución con él, hubiera podido realizar otras acciones permitidas por la vía diplomática -y está es otra de las razones por las que la coyuntura no da para pensar que fue otro de los motivos del viaje- como la declaración de persona non grata, y apegarse a la Convención.

Me explico. El artículo 9 de la Convención citada, nos dice que en cualquier momento el Estado receptor podrá declarar a cualquier miembro de la misión como persona non grata, lo que en la práctica significa su expulsión, sin tener que exponer los motivos de su decisión. Es decir, existen los mecanismos para solicitar/obligar la salida del embajador, pero me parece que no es el caso, me parece que no se solicitó eso, de ser así, la respuesta del gobierno estadounidense seguro significa un "portazo en la naríz" a Calderón, lo que en vez de fortalecerlo lo debilita más. Sin embargo, hay señales que permiten pensar que no es el caso, como la presencia de Pascual en la respectiva ceremonia protocolaria en Estados Unidos con los Jefes de Estado, por ejemplo.

La discusión sobre el asunto del Embajador es entonces una cortina de humo para distraer la atención de otras cosas que son más importantes, como el asunto no aclarado de las actividades del agente que fue asesinado. Además, como lo mencionó la misma compañera, de ser el caso, el retiro del embajador en México mandaría la señal de un movimiento de todos los embajadores involucrados en el asunto Wikileaks, y esto sí es como más complicado, aunque no dudo que la constante publicación de más y más cables desgasten necesariamente al Embajador y definitivamente tenga que salir, pero esto llevará un poco más de tiempo.

---Alexred---

P.S.

El conflicto entre las televisoras y la compañía telefónica da una excelente oportunidad para acabar con los monopolios y arreglar esos mercados, oportunidad dada por ellos mismos, los detentadores de esos monopolios. El problema son las autoridades que o no tienen la fuerza o son parciales. ¡Lástima!