martes, 6 de julio de 2010

Resultados del domingo.

Las elecciones del pasado domingo sirvieron como laboratorio de al menos dos experimentos en que casi todo resultó bien, desafortunadamente.

Se experimentó con las alianzas entre los partidos perdedores de las elecciones del año pasado, ahí en donde se hicieron se ganó, y se ganó en entidades que resultan ser de suma importancia, como es el caso de Oaxaca, Puebla y Sinaloa. En el caso de las primeras dos entidades federativas, la población hizo un voto de repudio a dos personajes que representan ese PRI que sigue vigente, vivo y que ocasiono su propia derrota en el 2000, Cué representante diodorista, Moreno, representante elbista. Sinaloa fue ganada por la alianza entre azules y amarillos con un representante priista... todo cambia para seguir igual, pues la alianza nunca planteó programas ni acciones de gobierno; quizá esto sea lo único congruente de tales alianzas.

Si bien hay que situar necesariamente como una gran derrota del PAN los resultados del domingo, el triunfo de las alianzas permite esconder tal fracaso, pues con la mira puesta en las elecciones del Estado de México el próximo año, en el corto plazo, y las elecciones presidenciales en 2012, se tiene ya un poco de oxígeno para intentar contener la aplanadora priista que, por otro lado, confirmó su tendencia ganadora.

El PRD confirmó que es todo menos un partido de izquierda y sin embargo, y a pesar del fracaso por haber perdido Zacatecas, coloca a Marcelo Ebrard en posición de pelear una posible candidatura presidencial -¿quizá en alianza también?- en un juego político en donde lo más importante pueda ser, como en el Estado de México, descarrilar y evitar el regreso del PRI. Mientras tanto, el triunfo de las alianzas le da oxígeno a la dirigencia del PRD tanto como a la del PAN.

Otro experimento que también obtuvo resultados satisfactorios fue el implementado por el gobierno federal, me refiero en este caso a la campaña y clima de terror que finalmente si repercutió en el proceso electoral ya que el índice de abstención rondó el 60% en Tamaulipas y Chihuahua. En este sentido, es posible afirmar que debemos esperar que el clima de violencia sea mayor conforme se acerquen las elecciones en cada uno de los procesos de los siguientes dos años, no en vano Calderón afirmó que aunque él se vaya, la violencia va a continuar.

Por otro lado, a pesar de haber sido el gran ganador de las elecciones del año pasado, López Obrador y el PT perdieron de todas todas. Efectivamente, a pesar de la supuesta congruencia con que se manejó durante el proceso y respecto de las alianzas, el hecho de que éstas hayan obtenido resultados favorables,  hace que el  "gobierno legítimo" pierda terreno, no obstante haber apoyado a Gabino Cué. Si bien Obrador sigue teniendo gran peso en el escenario político nacional, es un hecho que deberá replantear la estrategia en un contexto en donde incluso Camacho Solís trabaja para la candidatura de Marcelo Ebrard. 

Por último, el proceso electoral nos deja una clara muestra de que ni las leyes ni los árbitros son capaces de contener la lucha por el poder, que todos los actores pueden violar las leyes electorales y no pasará nada, desde el presidente hasta los candidatos y su aparatos de campaña, pasando por los partidos políticos, los gobernadores y los medios de comunicación, sin dejar de lado las instituciones electorales locales, cooptadas por los gobernadores, y ni que decir de la autoridad federal, del IFE la percepción es que nada más no funciona.

En el año 2000 afirmaba que no había opciones que representaran un verdadero cambio, como se anunciaba entonces, entre Fox, Cárdenas y Labastida no había a quien irle; hoy, a dos años de las elecciones presidenciales, el panorama parece aún peor.

---Alexred---

P.S. Mientras el PRI a planificar las elecciones en la única entidad en que el Gobernador tiene bien controlados los hilos de la política local pero que desde hace muchos años las elecciones no se ganan siquiera con el 45% de los votos.

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