miércoles, 15 de septiembre de 2010

Detalles de un país independiente en su cumpleaños

Bernardo Bátiz escribió el lunes en la Jornada que la mejor forma de celebrar la independencia sería siendo independientes. Me llamó mucho la atención tal contundencia en la frase que me hizo reflexionar.

En efecto, hoy comienza la celebración de los doscientos años de que Miguel Hidalgo, al descubrirse la conspiración, reunió a algunos miles de hombres para levantarse en armas contra la corona española ocupada por los franceses. Sin embargo, según cuentan los historiadores, no fue el quince en la noche que esto sucedió, sino durante la madrugada del dieciséis. 

¿Por qué entonces celebramos el quince?  La respuesta la encontramos en la historia, resulta que un día Don Porfirio decidió que era una buena idea que el país celebrara dos acontecimientos tan importantes en la misma fecha; así, con el pretexto de que la ceremonia del "Grito" resultaba complicada hacerla en la madrugada del dieciséis, la instituyó el quince para celebrar también su cumpleaños, finalmente recordemos que Porfirio Díaz fue un dictador y como tal se comportaba. También debemos recordar que si en algún momento hemos sido menos independientes además de ahora, fue en la época de Don Porfirio.

Los gobiernos emanados de la Revolución nunca cambiaron eso -hablo de la dependencia y la fiesta por supuesto-, y la ceremonia de conmemoración se convirtió en la oportunidad del presidente en turno para arengar el fervor nacionalista sin importar la situación del país.

Durante doscientos años de independencia, nunca hemos sido independientes, para Palabras Aparte escribí que en realidad siempre dependimos de los empréstitos extranjeros en las primeras décadas de la Nación, de la tecnología europea y sus productos manufacturados, de la ideología del viejo continente y la influencia política americana, del imperialismo británico primero y del gringo después, de las aspiraciones napoleónicas así como de las ambiciones de nuestros vecinos del norte. Más tarde, de sus inversiones con contratos leoninos que si bien contribuyeron a al industrialización del país, frenaron su desarrollo político y social.

Hoy tenemos un país con una gran deuda pública interna y externa, nunca antes dependimos tanto del extranjero, al grado que las decisiones importantes en materia financiera por ejemplo, no las podemos tomar nosotros; la denominada guerra contra el crimen organizado tiene al país envuelto en una especie de guerra civil -un periodista dijo que nunca tantos mexicanos habían matado a tantos mexicanos y pienso que tiene razón (Ciro Gómez Leyva, Milenio 15/09/10)-; la educación está en su nivel más bajo y las autoridades se empeñan en producir generaciones de mano de obra barata y pobre; ni que decir de la inversión en desarrollo científico y tecnológico, simplemente no existe; las decisiones del gobierno en materia de seguridad competen a las autoridades estadounidenses; el petróleo, el gas, la electricidad, las telecomunicaciones, en vez de servir como palanca del desarrollo nacional, han servido sólo para el enriquecimiento de unos cuantos; dos terceras partes de la población viven en pobreza y de estos, la mitad en pobreza extrema; no hay empleo; la segunda fuente de ingresos a la nación proviene del narcotráfico; tenemos autoridades corruptas, clase política rica, pueblo empobrecido y humillado, y ahora aterrorizado.

Por si fuera poco, sin tener muchos motivos para celebrar, esta fecha pudo significar un respiro para la población en su conjunto, sin embargo, se decidió hacer un festejo suntuoso (más de dos mil millones de pesos), fatuo, soso, sin nada importante, magno, digno de un festejo por doscientos años de vida, en donde la verbena popular fuera la causa principal de la alegría. Al contrario, las mismas autoridades invitan a ver los festejos por televisión, la marca del sexenio: esto es para puros cuates... para que arriesgarse pues.

El país se desmorona, se hunde y sigue sin tocar fondo, tan es así que la fiesta ha sido secuestrada por los mismos que secuestraron al país hace cuatro años. ¡Qué lástima!

---Alexred---

P.S. Les recomiendo "El infierno", gran película.

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