jueves, 9 de septiembre de 2010

México igual que Colombia...

Las declaraciones de la secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton, acerca de que la situación en México es como la de Colombia en 1990, han puesto de nervios a más de uno de nuestros ilustres y masiosares políticos. Y no es para menos, pues es como si sus peores pesadillas se estuvieran volviendo realidad.

¿Alguno recuerda el humillante proceso de certificación por el que tenía que pasar México en los años noventa para acceder a recursos de los programas de lucha contra el narcotráfico de aquel país? Pues todos los políticos condenaban en ese entonces tal proceso aduciendo razones de soberanía nacional y acusando una injerencia en los asuntos nacionales por parte de otro gobierno que además -parafraseando a doña Sor Juan Inés de la Cruz- es razón de lo mismo que acusaba en ese momento, antes y aún ahora. Es decir, en México se quería acceder a los recursos sin pasar por el "humillante" proceso de certificación.

Un día nuestros vecinos consumidores/certificadores decidieron complacer a los políticos mexicanos y el proceso de certificación desapareció durante el gobierno de Ernesto Zedillo, y la colaboración y acceso a recursos estadounidenses continuó, así como el trasiego de estupefacientes que significa un millonario negocio.

Pero llegaron los panistas y creyeron necesario participar en el negocio, entonces le dieron salida a uno de los traficantes más importantes entonces recluido en uno de los penales federales de alta seguridad: el Chapo.

Hoy podemos saber gracias a las múltiples quejas del (¿)gobierno(?) en turno, que en el sexenio de Fox se dejó de hacer mucho para combatir al narcotráfico, sin embargo mucha de la gente que participó en ese periodo sigue en las mismas áreas ahora.

Bueno, pues ahora tenemos una estrecha colaboración -injerencista, entreguista- militar, policiaca, de inteligencia, económica, política a través del llamado Plan Mérida, con los Estados Unidos, que pareciera más bien una injerencia directa en el gran negocio que significa el tráfico de estupefacientes, así como un control directo de los Estados Unidos en posibles procesos de revuelta social, propios de un régimen opresor y empobrecedor de las masas (cualquier parecido con Colombia es mera coincidencia).

Sin embargo no sólo es este contexto en el que debemos leer tales declaraciones, sino también lo que significa: en mi opinión es una acusación a todo el sistema y sus dirigentes, lo que quiere decir que, al igual que en Colombia, hay personajes de alto nivel de la política metidos en el negocio, y los Estados Unidos saben quienes son y están jugando con esa información para ver de quién sacan más ventaja. También anuncia (entre líneas) su intención de solicitar más atribuciones, mayor intervención, lo que significa que veremos como van solicitando participación directa de sus agentes civiles y militares (cosa que no dudo que ya esté sucediendo de manera "secreta"), pudiendo llegar al extremo de querer instalar bases militares -esto es más difícil pero seguro van a insistir-.

Así, con esas declaraciones, Clinton apunta a todos, población, políticos y autoridades civiles y militares de lado de los "buenos" y al crimen organizado en el otro bando, quienes al final son los que manejan los dineros.

---Alexred---

P.S.
Comienzan a circular versiones periodísticas sobre la verdadera forma en que se atrapó a La Barbie (cfr. El Universal de hoy 9 de septiembre) y García Luna a pesar de todo sigue firme en su puesto.

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