martes, 5 de enero de 2010

Inicio de año.


Empieza la primer semana del año 2010 y con ella el despertar a la realidad. Comenzamos a sentir la cruda de los gastos de las fiestas y los compromisos, de las cenas y las borracheras todas propias de la temporada, y despertamos a la cotidianeidad que nos agobia, nos asfixia… Aun así nos falta la fiesta de Reyes.

Después de la “pachanga” despertamos con los aumentos a las gasolinas, a las tortillas… bueno hasta el metro subió “en apoyo a tu economía” a 3 pesos el pasaje.

El sábado le pregunté a un buen amigo mío, maestro en el bachilleres, cuánto tiempo había sido de huelga, me contesto que 43 días, enseguida continué con la pregunta sobre si había valido la pena y me dijo –literal- que no, que de entrada habían perdido el 50% de los salarios caídos, que si a caso el aumento fue como del 4% y que además ya están perdiendo pues ha comenzado a subir todo.

Esa es la realidad del México actual, y así dicen que vamos pronto –en 50 años- a ser la cuarta economía mundial. En el mundo, vamos, en América Latina, Brasil se ha consolidado al día de hoy, en el contexto de una crisis de niveles incalculables y sin parangón, en la quinta economía mundial, y ha otorgado un aumento del 10% al salario mínimo. Aquí el incremento fue de 4.85% es decir, se pagarán entre 54 y 57 pesos… condenados a más miseria.

El año que comienza tiene en sí mismo un gran significado, pues al menos para los mexicanos es el año de lo que el marketing gubernamental y uno que otro vival ha denominado el año de nuestros centenarios. Hasta Calderón, con su habitual cinismo, dijo ayer que 2010 será un buen año para México, háganme ustedes el favor.

El maestro Carlos Montemayor dijo hace algunas semanas –cito de memoria- que a la historia no le interesa el año en el que nos encontremos, algo así como que para la historia no había fechas fatales ni mágicas, sino que se tiene que tomar en cuenta el contexto en el que se encuentra la sociedad. A propósito en la Jornada del lunes hay un artículo acerca de este contexto precisamente; aquí la dirección por si le quieren echar una revisada: http://www.jornada.unam.mx/2010/01/04/index.php?section=opinion&article=016o1eco

Como sea, el hecho es que hoy en el país se vive mal y pobre (por no decir lo que es: jodido), no hay seguridad, hay mucha violencia, no hay proyecto, no hay petróleo, no hay mercado, muchos impuestos, mucho descontento… Hoy medio millón de personas trabajan para el narco, sin contar a los políticos que andan metidos en eso y no lo sabemos, y lo hacen porque no hay alternativa; muchos mexicanos mueren al tratar de cruzar la frontera diariamente; hay alrededor de 10 millones de mexicanos en los Estados Unidos, su patria los expulsa al no ofrecerles una buena calidad de vida; hay seis millones más de mexicanos en situación de pobreza, generados tan sólo en lo que va de este sexenio… y contando; somos el país al que más duro le ha pegado la crisis y no se ve salida; somos un país con mucha desigualdad: más de la mitad de la población en situación de pobreza, por un lado, y por el otro, contamos con el primer –o segundo, a ese nivel da igual- hombre más rico sobre el planeta. Todo un caldo de cultivo.

Los mexicanos somos aguantadores, pero ¿hasta cuando las novelas y el futbol nos van a seguir manteniendo en paz?

---Alexred---

P.S. El premio Nobel de la Paz y presidente de los Estados Unidos de América del Norte, libró una muy dura batalla política para otorgarle a todos los ciudadanos de ese país el seguro médico universal. Tal parece que la negociación con los sectores duros –que son la mayoría- hoy muestra su precio: se abre un nuevo frente de guerra en Yemen, con su respectivo show de un ataque frustrado…

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