sábado, 6 de febrero de 2010

Ciudad Juárez

El asesinato de 14 adolescentes que estaban en una fiesta por un grupo de sicarios en Ciudad Juárez, pone al descubierto una serie de anomalías respecto de la estrategia gubernamental y su guerra al narcotráfico, en el país en general y en la ciudad fronteriza en particular.

En primer lugar, Ciudad Juárez ha servido como laboratorio y estandarte de la ya mencionada estrategia; ahí se decidió combatir al crimen organizado únicamente con la fuerza de las armas; se sustituyó a los mandos y cuerpos policiales, tanto locales como federales, por el ejército mexicano. A pesar de ello, siguieron las ejecuciones, la violencia en general. Hoy se ha sustituido al ejército por una "nueva" policía federal y no ha comenzado bien.

En segundo lugar, ha hecho que el gobierno federal acepte que en esta "guerra" se necesita una estrategia integral, que incluya una recomposición de la sociedad juarence, en la que el Estado ahora ha decidido emprender un conjunto de medidas que permitirán -según las autoridades- que la población acceda a una mejor calidad de vida en lo individual y en lo colectivo.

Asimismo, puso de manifiesto la insensibilidad del gobierno al criminalizar a las víctimas (el síndrome del Estado gastroenterólogo) al acusarlas, sin averiguación previa, en un primer momento -que por cierto llegó muy tarde ya que el mensaje del presidente se dio después de 48 horas de ocurridos los acontecimientos-, de ser víctimas de un pleito entre pandillas, ofendiendo a la ya de por sí agraviada sociedad de aquella ciudad, eludiendo así su propia responsabilidad. Esto a su vez, ocasionó un desgaste innecesario del -ya muy desgastado- presidente, quien el jueves tuvo que recular y declarar que las víctimas eran jóvenes estudiantes atacados cobardemente por el crimen organizado.

Si hacemos una lectura del conjunto de estos problemas, en realidad estamos ante la aceptación de que la famosa guerra es un fracaso, que sólo ha logrado instaurar un clima de violencia sin precedente en la historia del país; que ha confrontado a la sociedad, en la que una parte de ésta, ante la falta de opciones dignas, ha preferido adherirse a las filas del crimen organizado, sin importar lo efímero de esa experiencia ya que le proporcionará -mientras dure- el sustento necesario para ellos y sus familias y, con suerte, un poco más; que además, ha sacado al ejército a las calles a ejercer funciones que no le corresponden, sustituyendo deficientemente por ésta misma razón, a la autoridad civil incapaz de resolver  el problema, poniendo en entredicho la integridad y la imagen del propio ejército.

Si a esto le sumamos la ineficiencia de los cuerpos encargados de elaborar las investigaciones que proporcionen los elementos suficientes al Ministerio Público para lograr que los presuntos delincuentes sean consignados por un juez, estamos ante un grave problema de ineficiencia de la autoridad, que pone de manifiesto ese problema de origen del que hemos hablado.

En conclusión, no sólo Ciudad Juárez necesita una estrategia integral de desarrollo para combatir al narcotráfico y todas las ramas del crimen organizado que éste desencadena, lo necesita la Nación entera, y ese uno de los puntos débiles de esta estrategia -el otro es la omisión en cuanto al ataque a la red financiera encargada del lavado de dinero-. Cuando el presidente dice que efectivamente faltan buenos empleos y oportunidades para los jóvenes, está aceptando de manera formal que no hay un plan en ese sentido para el país en su conjunto, lo que ya es un paso en reversa en esta lucha. Ciudad Juárez -y México en su conjunto-, sufre ahora, no sólo el luto por su mujeres que cada día parecen -y perecen- más olvidadas, ahora sufre por sus niños muertos en una guerra sin sentido iniciada por el capricho de un gobierno que no supo nunca como legitimarse, y también para esto ya es demasiado tarde.

---Alexred---

P.S. Ahora sí ya no queda ninguna duda, el operativo en Michoacán sólo significó una ofensiva para debilitar a la izquierda en las pasadas elecciones federales, lo peor es que la tibieza del Gobernador de esa entidad y de los líderes nacionales del PRD, sólo debilitan más la imagen de esa izquierda que cada día que pasa se encuentra perdida en sus propios pantanos.

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