viernes, 12 de febrero de 2010

Indignación

Desde las elecciones presidenciales en 2006, Calderón no he tenido contacto con la realidad. Escoltado por varios millares de elementos tanto del ejército como de la policía federal, rodeado de un grupo de personas que lo mantienen aislado e incluso, mal informado, el presidente evita a toda costa el contacto con el público en general.

Perseguido por el fantasma del fraude electoral, cobijado por el aparato de seguridad oficial que, con la excusa de proteger su integridad que puede ser atacada por los "criminales" a los que les declaró la "guerra" que ha desatado, ahora también es perseguido por los niños muertos en Juárez, por sus padres, por la comunidad en general que de viva voz le increpa por su torpeza, su insensatez, su terquedad.

"Todos somos Juárez" -paráfrasis de un dicho ciudadano: "Todos somos Marcos", ahora retomado por el gobierno, demagogia pura- dicen y con razón, todos somos ciudadanos ofendidos, desprotegidos, amenazados, tanto por el crimen organizado en el bando de los "malos", como por el crimen organizado en el otro bando... Y es que no hay peor crimen que mantener a una población con un modelo económico y político que ha mostrado un gran éxito en la generación de pobres condenándolos a la miseria, a la desesperanza; un modelo exitoso en la acumulación del capital de unos cuantos, incrementando la desigualdad social; un modelo que ha mandado a la informalidad a sus trabajadores -cuando siquiera ésta se encuentra-; que ha eliminado los esquemas básicos de seguridad social por representar -dicen- una carga insostenible para las finanzas pública, pero que sin embargo, mantiene a una clase política parasitaria en todos los niveles; un modelo que ha destruido la educación y que no invierte en ciencia ni mucho menos en tecnología.

No es lo mismo presentarse a una toma de protesta en un escenario adverso por la puerta de atrás, o presentarse a un partido de futbol en las más absoluta discreción para pasar desapercibido, que ir a la inauguración de un estadio y sentir directamente lo que la gente piensa de él -recordemos los abucheos y la rechifla en el nuevo estadio de los Santos de Torreón-, o que verse obligado a ofrecer disculpas pues aquellas dichas por su enviado no fueron suficientes, ante los reclamos y la evidente indignación de las madres de familia que perdieron a sus hijos en una matanza sin sentido.

"No es bienvenido" le dicen. "Discúlpese y váyase" le escriben. "Asesino" le gritan a su secretario de Gobernación...

Aún así, no los ve ni los oye; para qué pedir pruebas de los abusos cometidos por la autoridad militar, si de cualquier forma no los va a quitar; la gente que vive en carne propia la presencia del ejército puede documentar sin mayor problema los abusos cometidos, es más, basta ver los resultados obtenidos para darse cuenta que el ejército no es la solución. Para qué, si de cualquier forma se van a quedar, para qué si el ejército está ya mostrando el músculo político al pugnar por la aprobación de las reformas enviadas por el presidente (nunca antes las minúsculas han sido tan propias).

Pero Calderón anda en campaña, ofrece y ofrece y ofrece... como si eso que quiere dar no hubiera sido una obligación de acuerdo al cargo que ostenta, como si eso, que no ha cumplido, no lo hubiera ofrecido ya en campaña. Pero es peor aún, pues eso que ofrece para Juárez lo necesitamos en todo el país, todos los mexicanos.

Más de lo mismo, la misma demagogia con la diferencia que tácitamente se acepta el fracaso del (des) gobierno, vendido ahora como una soga que servirá para salvar a los juarences, y la misma apuesta a que el tiempo arroje al olvido los agravios; total, ya vienen las elecciones y si no que le pregunten de eso a las víctimas de la guardería en Hermosillo...

---Alexred---

P.S. A partir de ayer, el Secretario Gómez Mont está cobrando horas extras en Gobernación.

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