miércoles, 24 de febrero de 2010

Provocación

Los hechos acontecidos en Milpa Alta el lunes por la noche, ponen de manifiesto una práctica de la policía federal que llaman la atención ante el contexto en el que nos encontramos.

En efecto, la presencia de agentes sin uniforme y la detención de algunas personas sin la debida presentación de una orden de aprehensión en una comunidad del Distrito Federal con una conformación social en la que todos se conocen y cualquier situación extraña pone en alerta a la comunidad, se convierte en una provocación tanto para los habitantes de esa demarcación como para las autoridades de la Ciudad.

Ya sucedió en Tláhuac y el linchamiento de los oficiales sirvió de pretexto para que Fox, entonces presidente de la República, en el uso de sus facultades legales, destituyera al Secretario de Seguridad Pública del Gobierno del Distrito Federal, cargo que ejerciera en ese momento el actual Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, en una coyuntura política particularmente complicada pues se comenzaban a dar los enfrentamientos entre López Obrador y Vicente Fox.

Afortunadamente para todos, lo sucedido en Milpa Alta no pasó más allá de heridos reportados como no graves, pero si tendría que mantenernos en alerta, pues de haberse presentado un final fatal, las consecuencias de tipo político seguramente hubieran llevado a la confrontación de las autoridades federales y locales, y la pregunta es a quién le conviene la desestabilización política y social de la Ciudad de México.

En un comentario final, unos policías montados en una patrulla de la delegación Cuajimalpa, trataron de someter y “levatar” a mi hermano que esperaba el autobús después de salir de trabajar por el rumbo de Santa Fe el día viernes pasado; según su relato lo quisieron subir a la patrulla sin ningún motivo, de suerte lo soltaron porque él comenzó a gritar pidiendo auxilio y eso llamó la atención de gente que estaba en el lugar…¿Qué está pasando?

---Alexred---

P.S. Tres años después de su llegada a la presidencia haiga sido como haiga sido y en pleno ocaso de un mandato que jamás pudo emerger, Calderón busca cobijo en la misma América –latina y caribeña- con la que se ha peleado desde su campaña presidencial; no hay que perder de vista que puede ser una estrategia ad hoc justificada con las alianzas pragmáticas con esa izquierda que lo ha acusado de robarse la elección.

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