martes, 2 de febrero de 2010

Hablando de legitimidad

La semana pasada el lamentable incidente sufrido por el jugador del Club América opacó las noticias acerca del foro sobre la reforma política, discusión iniciada a partir de la propuesta enviada por Calderón al Congreso, sin consultar con nadie. Y es que no se sugiere aquí que el presidente tenga que consultar como pidiendo "permiso" a alguien para enviar una iniciativa para su discusión y, en su caso, aprobación; pero la envergadura de tal propuesta requería por los menos que se tomará en cuenta a -insisto, de menos- los principales actores políticos capaces de cobijar la iniciativa y hacerla viable.

En este espacio hemos insistido mucho acerca de la debilidad política del presidente (las minúsculas son de él mismo), de su autismo, de su soledad. Él mismo y el cargo que ostenta, presentan debilidades de origen producto de la apuesta por la polarización de la sociedad generada como estrategia durante la campaña presidencial que lo llevo al poder en medio de graves acusaciones de fraude electoral.

De hecho, presenta un problema que es más grave aún: suponiendo -y como dicen los abogados, sin conceder- que hubiera ganado de forma apretada pero con una contundencia tal que no hubiere dejado lugar a ninguna duda, sigue apareciendo un problema de legitimidad serio, y es que en la elección de ese año, votó poco más de la mitad de las personas que podían hacerlo -alrededor del 58%-, y de ese total, sólo votaron por él ¡alrededor del 35% por ciento!*

Por eso fue tan grave la acusación de fraude, tenemos (¿tenemos kimosabi?) un tipo sentado en la silla presidencial, por el cual votó el 21% de la población en edad de votar, acusado de fraude, y tomando decisiones que afectan la vida de 110 millones de mexicanos, peleado con todos, sin apoyo real -ni siquiera un poco sólido- de su partido, y todo en nombre de "la mayoría de mexicanos que votaron" por él, rodeado además de un equipo que a todas a luces a demostrado una gran incapacidad política y administrativa, que tiene hundido al país en una de las peores crisis -de esas que presumían eran sólo priistas- económicas, políticas y sociales en México, y lo que es peor, nos tiene metidos en una "guerra" inventada por él -buscando legitimidad-, sin ton ni son y que a todas luces está perdiendo, pues tiene al país entero metido en una escalada de violencia sin precedentes.

La población en general, está más preocupada por llevar comida a sus casas, atender las necesidades de los niños y curar sus enfermedades, buscando empleo, que por una reforma política; en fin, pareciera que la iniciativa sirvió más como señuelo para desviar la atención de la escalada de violencia registrada en el país... y todos picaron.

*Fuente: IFE

---Alexred---

P.S. ¿De verdad piensa el presidente que le creen en los foros internacionales cuando habla sobre lo bien que va su "guerra" contra el crimen organizado? 

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