Finalmente en el Senado se aprobó la Ley de Ingresos de la cual hay cosas que son importantes de analizar.
En primer lugar, las noticias hablan sobre el incremento de 15 a 16% de impuesto al valor agregado (IVA), y como se esperaba de acuerdo a la negociación, fue aprobado por la bancada panista. Este punto se presentó como el más polémico por la manera en que, como carga impositiva, impactará tanto en los bolsillos de los consumidores, como en el mercado, como en la inflación. Nada nuevo, el PRI ganó, se abstuvo, y les dejo la responsabilidad a los senadores de Acción Nacional, quienes por cierto, habían amenazado con no votar o votar en contra pues manifestaron su desacuerdo con las negociaciones hechas por el ejecutivo con el PRI.
Sin embargo, este no es el punto más crítico, no debemos dejar pasar que se aprobaron los aumentos en el ISR -que pasa del 28 al 30% los que significa en términos reales un aumento del 7.2%- y el aumento del 2 al 3% en el impuesto a depósitos bancarios en efectivo con una reducción de la cantidad mensual a partir de la cual se comienza a aplicar, que pasará de 25 mil pesos a 15,000; esto significa que estamos ante una ley que pretende obtener más dinero de los contribuyentes cautivos, sin imaginación, que no toca los privilegios de las grandes empresas -como siempre-, y que no compromete a la clase política quien además, será quien gaste ese dinero.
El saldo de esta discusión ha sido el ver a un titular del ejecutivo confrontarse con el sector empresarial (que, dicho sea de paso, lo apoyo en su camino a la presidencia) utilizando el discurso de su rival; enfrentado, además, por un amplio sector del panismo, encabezados por sus senadores, que no está de acuerdo con hacerle el juego al PRI; desgastado, minimizado por el partido que ha ganado las elecciones pasadas con un amplia mayoría y está dispuesto ha demostrar y hacer uso del poder adquirido.
Asimismo, al votar los senadores del PAN finalmente en bloque por la aprobación del IVA, debido a las presiones desde los Pinos, Gobernación y Hacienda, han perdido en dos sentidos: i) el control de la Cámara en donde son aún mayoría; y ii) han dado el primer paso en la pérdida de la presidencia de la República al haber aceptado un incremento en los impuestos, y haberse retractado en su intento de rebelión -sin embargo a esta acción podemos esperar que le llamen una actitud responsable "por el bien de la nación"-.
Del otro lado, dejo al descubierto la lucha en el Revolucionario Institucional entre los dos grupos que sienten que tienen mayores probabilidades de pelear por la candidatura a la presidencia; y una izquierda profundamente dividida.
En conclusión, la lucha por la sucesión ha comenzado y parece que la pelea se encuentra al interior del partido de los tres colores, y este ha sido el primer round.
---Alexred---