martes, 6 de octubre de 2009

El regreso IV y última

Aun siendo la tercera fuerza política en el país, el Revolucionario Institucional se consolidó como el fiel de la balanza. En efecto, ante la grave crisis derivada de las elecciones en 2006 y a pesar de su posición de minoría, el partido se convirtió en factor de gobernabilidad. Prueba de ello fue la posibilidad de que ante el clima que se vivía en el Congreso respecto de la toma de protesta de Calderón, éste la hiciera.

Así, la lucha entre el PRD y el PAN fue aprovechada por el PRI de tal forma que al parecer todas las negociaciones pasaban necesariamente por ellos. Es por esta razón que causó tanta extrañeza y malestar la posición de choque que tomó el presidente del CEN del PAN, Germán Martínez, como estrategia electoral para el 2009.

El partido supo aprovechar en un principio la necesidad de legitimación del presidente y la posición de enfrentamiento y desconocimiento hacia éste por parte del PRD, y después, ha tomado ventaja de la división interna de este último partido, y de los errores del propio Calderón y su equipo de trabajo para colocarse ante la opinión pública como fuerza política decisoria y responsable del trabajo de gobierno.

Aunado a esto, la estrategia que ha seguido el Gobernador Peña Nieto para promover su imagen, ha colocado al PRI en el primer lugar de las preferencias electorales ¡para el 2012!, sin dejar de lado que la suma de estos factores -entre otros- los ha llevado a obtener un triunfo aplastante en las pasadas elecciones intermedias que los coloca como la primera fuerza política en el país.

El futuro del PRI ahora, no puede ser menos complicado. El trabajo hecho para llegar al punto donde se encuentran en este momento, es producto de una labor de muchas figuras importantes, de las cuales se podría esperar que lucharan por la candidatura presidencial, lo que augura una pelea muy fuerte, la diferencia ahora es que la reaparición en el escenario político de manera abierta y formal del ex presidente Salinas, puede significar que como en los viejos tiempos habrá un árbitro que lleve a buen término la disputa por el poder al interior del partido.

Lo que es un hecho es que el PRI está más vivo que nunca, con un gran poder que le da oportunidad de trabajar las alianzas necesarias para aspirar, con gran probabilidad, a regresar a la presidencia. Un trabajo que le ha costado rupturas y descalabros y, en mi opinión le llevó más tiempo del pensado -por lo menos un sexenio de más-, pero al parecer la ruta establecida está por cumplirse.

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